Gracias a la vida y a mi propia experiencia personal y profesional me he dado cuenta de que el amor hacia uno mismo es la base del bienestar y es imprescindible para garantizarnos la supervivencia. Sin amor propio estamos destinados a nuestra propia destrucción.
Yo hoy quería compartir contigo los 8 elementos básicos que no deben faltar a la hora de integrar el amor propio hacia uno mismo y que te pueden ayudar a saber si tú los estás incorporando en tu vida o no.
Vamos a ello…
1.Sabes satisfacer tus necesidades de forma sana.
Digo de forma sana porque a veces creemos necesitar cosas que en realidad no son buenas para nosotros. Por ejemplo: Imagina que por fin has conseguido salir de una relación de pareja muy destructiva con alguien pero aún sigues enamorado. Si en ese momento te preguntas: ¿Qué necesito?, ¿Qué me apetece? , ¿De qué tengo ganas? quizá haya una parte de ti muy emocional que necesite volver a toda costa con esa persona, escribirla o volver a verla aunque en el fondo sepas que eso no es lo mejor para ti.
Tener amor propio no es hacer todo lo que crees que “necesitas” porque como ya digo a veces necesitamos cosas que nos destruyen; se trata de ser capaz de analizar si eso que crees que necesitas es lo más sano y lo mejor para ti. Y si no lo es, mira de donde viene esa necesidad y qué es lo que realmente hay debajo, porque seguramente que la verdadera necesidad sea la de sentirte querido y no tanto la de volver con tu ex. Por lo tanto cuando ya hayas identificado TU VERDADERA NECESIDAD busca otras opciones para satisfacerla de forma sana y sin hacerte daño. Puedes buscar ese amor en familiares y amigos y no en una relación tóxica. Eso es amor propio.
2.Te interesas en conocerte
El hecho de que te intereses en conocerte y profundizar en ti es un acto de amor propio. Muchas veces no queremos mirarnos o profundizar en nosotros mismos por miedo a lo que nos podamos encontrar y por miedo a experimentar dolor. Duele mucho reconocer que que hay partes de ti que no te gustan, que rechazas y que has preferido evitar.
Conocerte implica saber ver lo bueno y lo no tan bueno de uno mismo, implica poner consciencia en todo tu ser y no sólo en las partes que aceptas y que te gustan; de hecho la mayor transformación y el verdadero acto de amor propio no está sólo en aceptar lo que ya aceptas sino en aceptar lo que rechazas.
Es sólo desde ahí cuando podrás realmente cambiar y mejorar tu persona y para eso debes ser lo suficientemente valiente como para entrar dentro de ti y conocerte.
3.Eliges ayudarte
Decidir ayudarte a ti mismo te puede cambiar la vida. En realidad es una decisión que puedes tomar en cualquier momento y que depende de tu compromiso y de la importancia que te des a ti mismo. Cuando decides ayudarte te comprometes a no sabotear tu bienestar físico, mental y emocional y a recordar cada día que te mereces estar a gusto y nutrirte de cosas buenas. Ayudarte también implica que seas compasivo contigo mismo en vez de machacarte o culpabilizarte por cada error que cometes.
También implica que sabes ayudar a tu YO del presente y a tu YO del futuro, es decir, haces cosas por ti ahora que sabes que en un futuro agradecerás.
4.Sabes respetarte
Para mi este punto es muy importante porque tolerarás en los demás el mismo trato que tu toleres contigo mismo.
Respetarse significa que te valoras y que sabes dónde están tus límites. Tenemos mucha tendencia a trabajar el aprender a decir que no al otro. Pero con quién tenemos que empezar a poner límites primero es con nosotros mismos. ¿A qué me refiero con esto?; Pues que necesitas ponerle límites a ese maltrato que te das, a esa voz crítica que no para de machacarte, a decirle que NO a esa parte de ti que te hace sentir tan culpable y te autocastiga y a esas conductas impulsivas y autodestructivas que tanto mal te hacen, (a veces muchas de esas conductas autodestructivas son formas inconscientes de castigarte a ti mismo). El hecho de tener muy claro lo que es bueno y lo que no es bueno para ti y no dejarte arrastrar ni por tu propia mente ni por otras personas o situaciones es un acto de amor propio.
5.Sabes cuidarte y dejarte cuidar
El primer paso para poder hacerlo es integrar que eres merecedor del amor. ¿Sabes por qué? Porque es la única manera de que por fin empieces a cuidar de ti sin sentirte egoísta, culpable o incómodo y de que por fin te atrevas a pedir ayuda y dejarte ayudar por los demás sin sentir vergüenza o que les estás molestando. Sé que no es fácil, y más si tienes la tendencia de ser “súper fuerte”, “ yo puedo con todo” , “yo hago de todo” pero te olvidas de ti… poco a poco irás integrando que también te mereces recibir.
Recuerda que eres merecedor del amor y de lo bueno que la vida te pueda aportar, no tienes por qué aceptar menos.
6. Sabes priorizarte
No tenerte nunca cuenta y estar siempre complaciendo y a merced de lo que los demás quieran y decidan es falta de amor propio. La traducción de esto es que le estás dando más valor a la otra persona que a ti mismo. De alguna manera has integrado que no está bien ponerte en tu lugar, tener tu propia voz o ser importante. La consecuencia directa de esto es que al final te dejas siempre en segundo plano, te dejas pisotear por los demás o dejas que abusen de ti. Ceder siempre por y para el otro no es sinónimo de ser buena persona, (que a veces se que nos agarramos a eso), es sinónimo de que no te estás teniendo a ti en cuenta lo suficiente. Priorizarte no significa quitarle valor a la otra persona significa no quitarte valor a ti mismo.
7.Te permites ser tú mismo
Cuando te permites ser tú mismo es porque te aceptas completamente tal y como eres. Se trata de no avergonzarte por ser quién eres y de no tener la necesidad de ponerte máscaras para aparentar ser “otro” o ser “perfecto” para sentirte “alguien”. Se trata de querer ser tú y elegir siempre ser tú.
También implica aceptar que como seres humanos no puedes ni tienes por qué estar siempre al 100% en TODO y que no pasa NADA si un día estás al 30%. Tienes derecho a establecer tu propio ritmo e identificar cuando te estás exigiendo demasiado y debes parar o por el contrario, cuando tienes que exigirte un poquito más.
El amor propio no se trata tanto de querer ser siempre tú mejor versión sino de aceptar y querer la versión que ya eres ahora.
8. Sabes acompañarte
Partamos de la base de que eres la persona con la que vas a pasar el resto de tu vida. Sabiendo esto, tú puedes elegir de qué forma quieres acompañarte por el camino. Para ello te puedes preguntar: ¿Quién quiero ser para mí mismo a partir de ahora?.
Puedes elegir ser tu mayor apoyo, comprometerte a no dejarte sólo nunca más, a no darte la espalda y a saber que siempre puedes contar contigo. Como todo, esto es un proceso y requiere de práctica, pero simplemente el hecho de pensar en la posibilidad de convertirte en esa persona para ti ya es un acto de amor propio.
El saber acompañarte implica saber que siempre vas a estar contigo de forma incondicional y que por lo tanto nunca te vas a abandonar.
Al final te conviertes en tu casa, tu refugio, en el lugar en el que te sientes a salvo y del que nunca más querrás huir.
El amor propio no es tener todo esto resuelto o no caer en conductas destructivas nunca más, sino en tener la certeza de que si caes en ellas, tú te tienes a ti mismo para cogerte de la mano y ayudarte a salir de ahí.
Integrar el amor propio es un trabajo profundo y continuo que requiere valentía y honestidad pero es el único camino que conozco hacia la verdadera plenitud y bienestar.
Ahora te toca a ti, ¿Sientes que integras el amor propio en tu día a día? Y de no ser así… ¿De qué forma puedes empezar a hacerlo?
Te deseo un día maravilloso lleno de amor. 🙂
Qué buen artículo sobre el amor propio, intentaré poner todo en práctica. Muchas gracias
Me ha encantado, gracias por compartir esto! Nos ayuda mucho ^^